[Por Carlos Laszlo] En una residencia, la iluminación de la entrada principal debe cumplir con las funciones de señalizar claramente el ingreso a la casa, iluminar con seguridad el camino al interior y desde el interior y destacar adecuadamente la numeración de la vivienda.
Los niveles de iluminación y la ubicación de las luminarias
Estos dos elementos podrían definirse con un juego de palabras: "más es menos y mucho es mejor que uno!". Este principio aparentemente contradictorio aplicado a la iluminación de los ingresos de una vivienda da como resultado eficientes y uniformes niveles de iluminación. En este aspecto de la iluminación del hogar, es conveniente utilizar varias luminarias que produzcan un bajo nivel de iluminación en lugar de una sola de gran intensidad luminosa. Al utilizar una sola fuente, las zonas cercanas estarán intensamente iluminadas y las más lejanas en penumbras. El uso de varias luminarias permitirá iluminar adecuadamente todas las situaciones que así lo requieran: el ingreso propiamente dicho, las escaleras y la numeración del edificio; esta combinación proporcionará un nivel general más uniforme al entorno.
Los niveles de iluminación en la entrada
El deslumbramiento es causado en general por la visión directa de una fuente de luz no apantallada adecuadamente o porque existe un excesivo contraste con el exterior relativamente oscuro. Una relación de contraste inferior a 5 a 1 será la adecuada para iluminar suavemente la zona sin crear deslumbramiento. Cuando la iluminación de la entrada es demasiado elevada, hace que el ojo tarde más en adaptarse a las zonas menos iluminadas, dificultando la visión del camino de acceso al salir de la casa.
¿Que pasa con la luz excesiva?
Además de causar dificultades visuales, la iluminación excesiva es causal de otros problemas adicionales. Toda esa luz que excede la necesaria se refleja en la fachada del edificio y caminos de acceso rebotando hacia arriba creando lo que se conoce como "polución luminosa" (especialmente cuando los materiales constructivos tienen una reflectancia superior al 40%). Esta luz indeseable invade los edificios vecinos, además de dificultar la visión del cielo y las estrellas, interfiriendo así en nuestra calidad de vida.
En la medida en que las ciudades y los barrios crecen, la iluminación nocturna se hace más intensa. Esto se debe en parte a la creciente disponibilidad de fuentes de luz de muy alta eficiencia. La posibilidad tienta a los propietarios a optar por niveles de iluminación más elevados en lugar de utilizar fuentes de menor consumo; en este sentido es bueno subrayar que "no siempre con más luz se ve mejor!". Es sabido que el ojo humano se adapta a muy bajos niveles (la luz de la luna llena es de aproximadamente 0.2 lux) y a muy altos también, (un día de cielo despejado produce 100.000 lux de iluminancia) pero esta adaptación es posible a uno solo de esos niveles de iluminación por vez.
Una entrada demasiado iluminada hará que el camino de acceso al edificio aparezca oscuro. También ocurre que si la casa "A" está mucho más iluminada que la casa "B", esta aparezca como oscura en comparación con la casa "A", creándose así una espiral ascendente en el aumento de los niveles de iluminación del vecindario. Antes de acometer con la iluminación exterior de una nueva residencia, es conveniente estudiar el alumbrado del entorno inmediato a la vivienda y tratar de igualar los niveles existentes sin sobrepasarlos.
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