domingo, 25 de julio de 2010

Cómo nace un proyecto de Iluminación Residencial

[Por Carlos Laszlo] Créase o no, un proyecto de iluminación no comienza (ni termina) con la elección de las luminarias o artefactos. Comienza con una idea o concepción. Esto se conoce como fase conceptual del diseño, y es la etapa del proceso durante la cual se establecen las bases del futuro proyecto.

¿Qué tipo de iluminación quiero tener? ¿Cómo quiero que se vean los distintos espacios? ¿Hay algún tipo de necesidad especial de iluminación a tener en cuenta?

En algunas dependencias tales como áreas de trabajo, lavaderos, etc. lo único que necesitamos es una buena iluminación, uniforme y sin sombras, pero en otras en cambio, (living, comedor, o el parque) quisiéramos tener algo diferente, con personalidad, detalles, que la luz sea protagonista. Es importante recordar que esta debe estar armada en varias capas por así decirlo.

En los ambientes de estar del hogar, a nadie le agrada que la iluminación de una dependencia esté limitada a un solo artefacto ubicado en el centro de la habitación o disponer de una única alternativa para alumbrar un recinto.

Se deberán considerar al menos tres tipos de sistemas de iluminación: una general, una de trabajo y una de destaque o acento. La iluminación general o de ambiente es la que proporciona la luz necesaria para circular, realizar tareas de limpieza y debe ser una iluminación uniforme y sin sombras. La iluminación de trabajo o tarea debe ser también uniforme pero de mayor intensidad para algunos lugares específicos de la casa donde se realicen tareas que requieran mejores condiciones de visión (home office, cocina, etc). Por último, la iluminación de acento será de mucho más nivel que la general (al menos 3 veces) y estará concentrada en puntos de interés específicos (obras de arte, detalles arquitectónicos, etc). Esta subdivisión nos dará la flexibilidad de utilizarlos a todos simultáneamente o realizar las combinaciones que más satisfagan nuestras necesidades o estados de ánimo.

Una vez definido el criterio, será el momento de pensar en cual será la mejor fuente de luz o lámpara para cada una de las situaciones planificadas. Existe una gran variedad de lámparas y no todas se ajustan a todas las circunstancias. Algunas emiten una luz amplia pero producen sombras duras (incandescente standard) o amplia pero suave(opalinas). Otras destacan las texturas o producen intensos niveles de iluminación puntuales (PAR o dicroicas).

En pocas palabras, si comenzamos por elegir una lámpara inadecuada para un determinado efecto, estaremos esforzándonos en obtener algo que nunca podremos lograr. También deberemos pensar en la vida útil de la lámpara, si habrá que cambiarla con frecuencia y si su ubicación es de fácil acceso en tal caso. ¿Es una lámpara especial? ¿Será fácil de conseguir para el reemplazo? ¿Será elevado su consumo? ¿Y su costo?

Una buena concepción de la iluminación y unacorrecta elección de la fuente de luz adecuada para cada uno de los efectos que nos hemos imaginado harán el 90% del proyecto.

La elección del artefacto entra en el terreno de la decoración del ambiente. En el caso del alumbrado residencial, en la gran mayoría de las aplicaciones los artefactos cumplen una función preponderantemente decorativa. Como tal, habrá que pensar en su elección partiendo de la base de que debe armonizar con el entorno, tanto en estilo como en categoría. A menudo pueden verse costosos artefactos, equipados con lámparas inadecuadas y totalmente fuera de contexto. Hay gente que se enamora del artefacto que vio en una vidriera y lo compra a pesar de que para su ambiente puede resultar catastrófico. Es como quién come un plato caro y a sabiendas de que le caerá mal, sólo porque le agrada su aspecto.

Una vez que se ha elegido la lámpara, llegó el turno de seleccionar su emplazamiento. Se supone que estamos tratando de iluminar algo dentro de un espacio, por consiguiente esa lámpara deberá estar ubicada de manera óptima. Si por ejemplo estamos queriendoiluminar un vanitory, no colocaremos la fuente de luz frente al espejo sino al costado o arriba de él, de modo que ilumine nuestro rostro y no nuestra espalda. Este ejemplo parece grotesco, pero el lector se sorprendería de las cosas que se llegan a ver recorriendo viviendas mal iluminadas. Si vamos a iluminar un cuadro, la lámpara deberá montarse en el cielorraso y con un ángulo tal que al contemplar la obra no hagamos sombra con nuestro cuerpo. Si en cambio pretendemos iluminar un lugar de trabajo, lo lógico será colocar la fuente justo por encima de dicho lugar. En todos estos ejemplos, estamos definiendo la ubicación correcta de cada lámpara para un resultado óptimo. Si bien esto se realiza en general de forma casi inconsciente, esto ayuda a conocer el proceso.

Ahora sí estamos en condiciones de elegir el artefacto o luminaria. Aquí también habrá algunas consideraciones que hacer. ¿Tendrá que mimetizarse con la decoración y pasar desapercibido? ¿Ser un elemento fundamental de la decoración o ser algo neutro pero sumamente eficiente? Nuevamente habrá que pensar en las diversas capas de iluminación, así como una lámpara no se adecua a todas las circunstancias, de la misma forma un artefacto no cumplen satisfactoriamente en todas partes.

No obstante, esta forma de subdividir la iluminación en grupos de diversas funciones, permite analizar opciones como por ejemplo que una misma luminaria cumpla más de una función. Así, es probable que la iluminación de tarea o trabajo pueda proveer suficiente iluminación general o la de destaque una aceptable iluminación de tarea en algunos casos. Esta estrategia de subdivisión es ideal para crear interesantes opciones de alumbrado.

La elección del artefacto de iluminación deberá ser analizada también bajo aspectos técnicos. ¿Es una luminaria eficiente? ¿La distribución luminosa es adecuada o hay demasiada luz dispersa? ¿Se encuentra el deslumbramiento controlado dentro de su radio de acción? ¿Es una luminaria de buena construcción y aceptable durabilidad? ¿Será fácil de conseguir o habrá que aguardar a que sea importada?

Por último, habrá que hacer un lugar para los sistemas de control de la iluminación. ¿Deseamos un sistema de control inteligente o sólo algunos atenuadores de luz elementales? Si optamos por un sistema inteligente, ¿utilizaremos varias consolas con control remoto para mayor flexibilidad? ¿Incluiremos la iluminación de parque dentro del sistema de control? ¿No habría que pensar también en detectores de movimiento y células fotoeléctricas? ¿Se ha separado convenientemente la iluminación de parque de la de seguridad en el diseño y en el comando?

He aquí una suerte de ayuda memoria para quienes quieran intentar realizar el proyecto de iluminación de su propia residencia. En realidad, esto último no es lo más aconsejable por varias razones. Obviamente la más importante es la que se refiere a la gran cantidad de respuestas que se presentan para cada uno de los interrogantes que aquí se plantearon y la forma de interpretar cada uno. Esto se podría comparar con aquellas personas que frente a un malestar consultan su manual de medicina para el hogar. Un síntoma tiene varias causas posibles que lo ocasionen, ¿por cual de ellas decidirse y medicar? ¿Puede uno mismo interpretar ese síntoma objetivamente o habrá siempre una tendencia inconsciente a orientar esa interpretación a lo que nosotros realmente queremos que sea?

En el proyecto de iluminación pasa exactamente lo mismo, siempre se tratará de iluminar la casa como está iluminada la que aparece en tal o cual revista de decoración aunque en el fondo sabemos que la nuestra no se parece en lo más mínimo. ¡Esto hará que nuestro proyecto termine siendo ridículo!

El luminotécnico podrá tomar distancia y analizar "objetivamente" las diversas necesidades y sus soluciones más lógicas, económicas y eficientes. Además, si se trata de un especialista actualizado, podrá presentarle a su cliente una simulación computarizada de los diversos ambientes para que su cliente pueda sentirse "dentro" de su casa y ver, como en una fotografía, de que manera quedará esta iluminada.

Podrá sugerir diversas alternativas basadas en el modo de vida y costumbres de sus clientes y sin ningún tipo de apasionamiento cegador, no porque él sea un super-genio, sino simplemente porque NO es su casa y puede ver el problema objetivamente, desde afuera y aplicando toda su experiencia, tal como lo haría un médico frente a ese malestar del que hablábamos antes.